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Trauma y su tratamiento: cómo la psicología cognitivo conductual y el EMDR pueden ayudarte a superarlo

Tratamiento del trauma: Terapia cognitivo conductual y Psicoterapia EMDR

El trauma y como puedo ayudarte a superarlo

El trauma es un problema psicológico muy frecuente y con graves consecuencias para la salud mental y emocional de las personas que lo sufren. Por eso, es importante buscar ayuda profesional cuanto antes para poder superarlo y recuperar la calidad de vida. La psicología cognitivo conductual y el EMDR son dos terapias muy eficaces para tratar el trauma desde diferentes ángulos: modificando los pensamientos negativos o irracionales, reduciendo el malestar emocional y fisiológico, cambiando las creencias limitantes sobre uno mismo y sobre el mundo, y desarrollando habilidades de afrontamiento y resiliencia. La combinación de ambas terapias ofrece una solución integral y personalizada para cada caso, que permite una recuperación más rápida y duradera del trauma.

Soy Psicóloga especialista en el tratamiento del trauma

Si sufres un trauma o conoces a alguien que lo sufra, no dudes en contactar conmigo. Soy psicóloga cognitivo conductual y especialista en EMDR, y puedo ayudarte a superar tu trauma de forma profesional y humana. Puedes solicitar una cita por videoconsulta o presencial en mi consulta de Madrid. Estaré encantada de atenderte y acompañarte en tu proceso de sanación.

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¿Qué es un trauma y como la terapia de la conducta y el EMDR pueden ayudarte?

El trauma es una alteración psicológica que se produce como respuesta a una situación extremadamente estresante o amenazante, que supera la capacidad de afrontamiento de la persona. El trauma puede provocar síntomas como ansiedad, depresión, miedo, culpa, ira, vergüenza, aislamiento, dificultad para confiar, flashbacks, pesadillas, insomnio, etc. Estos síntomas pueden interferir en el funcionamiento normal de la persona y afectar a su calidad de vida.
El trauma puede tener diferentes orígenes, como un accidente, una agresión, un abuso, una guerra, una catástrofe natural, una pérdida, etc. Cada persona reacciona de forma diferente ante estas situaciones, y no todas desarrollan un trauma. Sin embargo, cuando el trauma se instala en la mente de la persona, se convierte en un obstáculo para su bienestar y su felicidad.
Por eso, es importante buscar ayuda profesional cuanto antes para poder superar el trauma y recuperar la calidad de vida. Existen diferentes tipos de terapias psicológicas que pueden ayudar a las personas que sufren un trauma. En este artículo vamos a hablar de dos de ellas: la psicología cognitivo conductual y el EMDR.

¿Qué es la psicología cognitivo conductual y cómo puede ayudarte a superar el trauma?

La psicología cognitivo conductual es un tipo de psicoterapia que se basa en el principio de que los pensamientos, las emociones y las conductas están relacionados entre sí. El objetivo de esta terapia es identificar y modificar los pensamientos negativos o irracionales que generan malestar emocional y dificultan la recuperación del trauma.
Los pensamientos negativos o irracionales son aquellos que no se ajustan a la realidad o que son exagerados o distorsionados. Por ejemplo: “Soy culpable de lo que me pasó”, “Nadie me va a querer”, “El mundo es un lugar peligroso”, “No puedo confiar en nadie”, etc. Estos pensamientos provocan emociones negativas como tristeza, ansiedad, miedo, rabia, etc., que a su vez influyen en las conductas de la persona. Por ejemplo: evitar situaciones o personas que le recuerdan al trauma, aislarse socialmente, consumir alcohol o drogas para olvidar, etc.
La psicología cognitivo conductual ayuda a la persona a cuestionar y cambiar estos pensamientos negativos o irracionales por otros más objetivos y adaptativos. Así, se busca que la persona pueda reinterpretar lo ocurrido de forma más objetiva y adaptativa, reducir su nivel de estrés y ansiedad, aumentar su autoestima y su autoeficacia, y desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia.
La psicología cognitivo conductual se puede aplicar tanto de forma presencial como por videoconsulta. En ambos casos, el psicólogo o psicóloga establece una relación de confianza con la persona y le ofrece un espacio seguro y empático donde poder expresarse libremente. El psicólogo o psicóloga utiliza diferentes técnicas para ayudar a la persona a identificar sus pensamientos negativos o irracionales, cuestionarlos con evidencias y sustituirlos por otros más racionales y positivos. Algunas de estas técnicas son: el registro de pensamientos automáticos negativos (PAN), la reestructuración cognitiva (RC), el entrenamiento en solución de problemas (ESP), el entrenamiento en relajación (ER), el entrenamiento en asertividad (EA), etc.
La psicología cognitivo conductual es una terapia muy eficaz para tratar el trauma desde el punto de vista cognitivo y conductual. Sin embargo, hay otro aspecto del trauma que también hay que tener en cuenta: el aspecto emocional.

Existe otra terapia que se complementa con la psicología cognitivo conductual: el EMDR.

¿Qué es el EMDR y cómo se complementa con la psicología cognitivo conductual para tratar el trauma?

El EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) es una técnica psicológica que utiliza la estimulación bilateral (generalmente mediante movimientos oculares) para facilitar el procesamiento adaptativo de los recuerdos traumáticos. El EMDR se basa en la idea de que el trauma bloquea el sistema natural de procesamiento de información del cerebro, lo que impide que los recuerdos se integren adecuadamente en la memoria autobiográfica. El EMDR ayuda a desbloquear este sistema y a reprocesar los recuerdos desde una perspectiva actualizada y saludable. Así, se logra disminuir la intensidad emocional y fisiológica asociada al trauma, cambiar las creencias negativas sobre uno mismo y sobre el mundo, y favorecer el bienestar psicológico.

El EMDR se complementa con la psicología cognitivo conductual porque ambas terapias trabajan sobre los pensamientos, las emociones y las conductas relacionadas con el trauma. Sin embargo, el EMDR tiene algunas ventajas adicionales, como:

  • Es una terapia más breve y eficaz que otras terapias convencionales.

  • No requiere que la persona reviva o cuente en detalle lo ocurrido.

  • Tiene efectos positivos sobre otros aspectos de la vida de la persona, como sus relaciones interpersonales, su rendimiento laboral o académico, o su autoestima.

  • Tiene una base neurocientífica que explica cómo actúa sobre el cerebro.

El EMDR se puede aplicar solo de forma presencial, ya que requiere una estimulación bilateral controlada por el psicólogo o psicóloga. El EMDR consta de ocho fases, que son: la historia clínica, la preparación, la evaluación, la desensibilización, la instalación, el escaneo corporal, el cierre y la reevaluación. En cada fase, el psicólogo o psicóloga guía a la persona a través de un protocolo específico, que incluye: la identificación del recuerdo traumático objetivo, la valoración de la perturbación emocional y cognitiva asociada al recuerdo, la estimulación bilateral mediante movimientos oculares u otros métodos (como sonidos o toques), y la valoración de los cambios producidos tras cada sesión.

El EMDR es una terapia muy segura y eficiente para tratar el trauma desde el punto de vista emocional. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no es una terapia mágica ni milagrosa, y que requiere de un trabajo previo y posterior por parte de la persona. Por eso, es importante combinar el EMDR con la psicología cognitivo conductual, para obtener los mejores resultados posibles.

Pilar Sánchez Psicóloga