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Trastorno obsesivo compulsivo y su tratamiento con EMDR

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es una alteración que se caracteriza por la presencia de pensamientos o imágenes recurrentes e intrusivas que generan ansiedad o malestar (obsesiones), y de comportamientos o rituales repetitivos que se realizan para aliviar esa ansiedad o malestar (compulsiones). El TOC afecta a la calidad de vida de las personas que lo padecen, ya que les impide funcionar con normalidad en sus ámbitos personales, sociales y laborales.

En este artículo voy a explicar: Los beneficios de la terapia EMDR en el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo; Los tipos de trastorno obsesivo compulsivo que existen; Qué es el EMDR y como funciona para las personas con TOC; Cómo se usa el EMDR en el tratamiento del TOC;  Otras opciones para tratar el TOC ; Cómo elegir el mejor tratamiento para una persona con TOC. 

Terapia EMDR como tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo

Beneficios de la terapia EMDR para el TOC

El EMDR es una terapia breve, eficaz y segura para el tratamiento del TOC. Algunos de los beneficios que aporta son:

  • Reduce la intensidad y la frecuencia de las obsesiones y las compulsiones, así como el tiempo dedicado a ellas.

  • Disminuye la ansiedad, el estrés, la culpa y la vergüenza asociados al TOC.

  • Aumenta la autoestima, la confianza y la seguridad en uno mismo.

  • Mejora la calidad de vida, el bienestar y el funcionamiento personal, social y laboral.

  • Favorece el desarrollo de habilidades de afrontamiento, resolución de problemas y regulación emocional.

Soy Psicóloga cognitivo conductual. Especialista en EMDR y terapia de aceptación y compromiso

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¿Qué tipos de trastorno obsesivo compulsivo existen?

El TOC puede manifestarse de diferentes formas según el contenido de las obsesiones y las compulsiones. Algunos de los tipos más frecuentes son:

  • El TOC de limpieza o contaminación, en el que la persona tiene miedo a ensuciarse o a contraer alguna enfermedad por el contacto con ciertos objetos o sustancias, y realiza compulsiones de lavado, limpieza o desinfección.

  • El TOC de verificación o duda patológica, en el que la persona tiene miedo a haber cometido algún error o a dejar algo sin hacer correctamente, y realiza compulsiones de comprobación, revisión o repetición.

  • El TOC de orden o simetría, en el que la persona tiene una necesidad excesiva de organizar, alinear o colocar las cosas de una determinada manera, y realiza compulsiones de ordenamiento, arreglo o reordenamiento.

  • El TOC de acumulación o colección, en el que la persona tiene dificultades para deshacerse de objetos inútiles o sin valor, y realiza compulsiones de guardar, almacenar o coleccionar.

  • El TOC religioso o escrupuloso, en el que la persona tiene pensamientos blasfemos, pecaminosos o contrarios a sus creencias religiosas o morales, y realiza compulsiones de rezar, confesar o cumplir rituales religiosos.

  • El TOC sexual o amoroso, en el que la persona tiene pensamientos sexuales indeseados, inapropiados o prohibidos hacia personas u objetos, y realiza compulsiones de evitar, reprimir o neutralizar esos pensamientos.

¿Qué es el emdr y cómo funciona para las personas con TOC?

El EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) es una técnica psicoterapéutica que se basa en la estimulación bilateral del cerebro mediante movimientos oculares, sonidos o toques, con el objetivo de facilitar el procesamiento adaptativo de las experiencias traumáticas o estresantes que están en el origen del TOC. La terapia EMDR se fundamenta en el modelo de procesamiento adaptativo de la información (PAI), que propone que las experiencias negativas se almacenan en el cerebro de forma desorganizada, aislada y disfuncional, provocando síntomas como las obsesiones y las compulsiones. La psicoterapia EMDR ayuda a acceder a esas memorias y a reestructurarlas de forma más coherente, integrada y funcional, reduciendo así el malestar y la ansiedad asociados al TOC.

¿Cómo es una sesión de EMDR para el trastorno obsesivo compulsivo?

Una sesión de EMDR para el TOC consta de ocho fases:

  • Fase 1: Historia clínica. El terapeuta recoge información sobre el problema, los síntomas, los antecedentes personales y familiares, y los objetivos del tratamiento.

  • Fase 2: Preparación. El terapeuta explica al paciente en qué consiste el emdr, cómo funciona y qué esperar. También le enseña técnicas de relajación y autocontrol para manejar la ansiedad durante las sesiones.

  • Fase 3: Evaluación. El terapeuta ayuda al paciente a identificar las obsesiones y las compulsiones más relevantes, así como las experiencias traumáticas o estresantes relacionadas con ellas. También evalúa el nivel de malestar, la creencia negativa y la creencia positiva asociados a cada obsesión o compulsión.

  • Fase 4: Desensibilización. El terapeuta guía al paciente para que se concentre en una obsesión o compulsión mientras le aplica una estimulación bilateral (movimientos oculares, sonidos o toques) durante unos segundos. Luego le pregunta qué ha sentido, pensado o recordado. Este proceso se repite hasta que el nivel de malestar desciende significativamente.

  • Fase 5: Instalación. El terapeuta ayuda al paciente a reforzar la creencia positiva que quiere tener sobre sí mismo en relación con la obsesión o compulsión trabajada, mientras le aplica una estimulación bilateral hasta que la creencia se siente verdadera y fuerte.

  • Fase 6: Escaneo corporal. El terapeuta pide al paciente que observe si queda alguna tensión o malestar en su cuerpo relacionado con la obsesión o compulsión trabajada, mientras le aplica una estimulación bilateral hasta que se siente relajado y tranquilo.

  • Fase 7: Cierre. El terapeuta repasa con el paciente lo que ha ocurrido en la sesión, le felicita por su trabajo y le da instrucciones para el seguimiento entre sesiones.

  • Fase 8: Reevaluación. Al inicio de la siguiente sesión, el terapeuta comprueba con el paciente los cambios experimentados desde la última sesión, tanto en las obsesiones y compulsiones como en las emociones, pensamientos y comportamientos asociados.

¿Qué otras opciones hay para tratar el TOC?

El EMDR no es la única opción para tratar el TOC, sino que existen otras alternativas que también han demostrado su eficacia. Algunas de ellas son:

  • La terapia cognitivo-conductual (TCC), que se basa en modificar los pensamientos irracionales o distorsionados que mantienen las obsesiones y las compulsiones, y en exponer al paciente gradualmente a las situaciones que le generan ansiedad sin que realice los rituales para reducirla.

  • La terapia de aceptación y compromiso (ACT), con la que también te puedo ayudar a  aceptar los pensamientos y las emociones que surgen en relación con el TOC sin juzgarlos ni intentar cambiarlos, y en comprometerse con las acciones que son coherentes con los valores personales del paciente, sin dejarse llevar por las obsesiones y las compulsiones.

  • La terapia de exposición con prevención de respuesta (EPR), que se basa en exponer al paciente a las situaciones que le provocan ansiedad o malestar sin que realice las compulsiones para reducirlos, con el fin de que aprenda a tolerar esas sensaciones y a habituarse a ellas.

  • La terapia cognitiva basada en la atención plena (MBCT), que se basa en entrenar al paciente para que preste atención al momento presente sin dejarse atrapar por los pensamientos o las preocupaciones relacionados con el TOC, y para que adopte una actitud de curiosidad, apertura y compasión hacia sí mismo y hacia su experiencia.

¿Cómo elegir el mejor tratamiento para el trastorno obsesivo compulsivo?

No existe un tratamiento único o ideal para el TOC, sino que cada persona debe elegir el que mejor se adapte a sus necesidades, preferencias y circunstancias. Algunos aspectos que pueden ayudar a tomar esa decisión son:

  • La gravedad y la duración de los síntomas, así como el grado de interferencia que tienen en la vida cotidiana del paciente.

  • La disponibilidad y el acceso a los recursos terapéuticos, tanto públicos como privados, así como el coste económico que suponen.

  • La evidencia científica y la eficacia demostrada de cada opción terapéutica, así como los posibles riesgos o efectos adversos que puedan tener.

  • La motivación y la disposición del paciente para iniciar y mantener el tratamiento, así como su nivel de confianza y colaboración con el terapeuta.

  • La opinión y el asesoramiento de un psicólogo profesional que evalúe y diagnostique el caso, y elegir el mejor tratamiento. 

Pilar Sánchez Psicóloga