Salud mental en Navidad

Cuida de tu salud mental en Navidad

Esta Navidad cuida de tu salud mental

La Navidad es una época del año que se asocia con la alegría, la ilusión y el compartir. Sin embargo, para muchas personas, también puede ser una fuente de estrés, ansiedad y tristeza. La salud mental es un aspecto fundamental de nuestro bienestar, y debemos cuidarla especialmente en estas fechas. En este artículo, te ofrecemos algunos consejos para afrontar la Navidad desde una perspectiva de la psicología cognitivo conductual, con un enfoque de la terapia de aceptación y compromiso. Estos consejos están dirigidos especialmente a las personas que sufren de trastornos de la conducta alimentaria y de baja autoestima, pero pueden ser útiles para cualquier persona que quiera mejorar su salud mental en Navidad.

Soy Psicóloga especializada en terapia de aceptación y compromiso.

Si quieres algunas claves para mejorar r y cuidar de tu salud mental en estas fiestas navideñas continúa leyendo. 

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No tienes que estar bien constantemente

Esta Navidad, recuerda que no tienes que estar bien constantemente. Es normal sentirse abrumado o triste en ocasiones, especialmente en estas fechas. No te sientas mal por ello.

La Navidad puede generar muchas expectativas y presiones, tanto internas como externas. A veces, podemos sentir que tenemos que estar felices y contentos todo el tiempo, y que no podemos mostrar nuestras emociones negativas. Sin embargo, esto es irreal y perjudicial. Las emociones son parte de nuestra naturaleza humana, y todas ellas tienen una función adaptativa. No hay emociones buenas o malas, sino adecuadas o inadecuadas según el contexto. Por eso, es importante aceptar nuestras emociones, tanto las positivas como las negativas, y expresarlas de forma sana y constructiva.

La terapia de aceptación y compromiso (ACT, por sus siglas en inglés) es una modalidad de la psicología cognitivo conductual que se basa en el principio de que el sufrimiento humano se origina por la evitación o el rechazo de las experiencias internas (pensamientos, emociones, sensaciones, etc.), y que la forma de reducirlo es aceptarlas y actuar de acuerdo con nuestros valores. La aceptación no significa resignación o conformismo, sino reconocer la realidad tal como es, sin juzgarla ni intentar cambiarla. La aceptación nos permite liberarnos de la lucha interna y enfocarnos en lo que realmente importa: nuestros valores, es decir, aquello que nos da sentido y dirección a nuestra vida.

Así, en lugar de intentar estar bien constantemente, podemos aceptar que hay momentos en los que nos sentimos mal, y que eso es normal y humano. Podemos observar nuestras emociones sin identificarnos con ellas, y dejar que fluyan sin aferrarnos a ellas. Podemos comprender que nuestras emociones no nos definen, ni determinan nuestras acciones. Podemos elegir cómo queremos actuar, de forma coherente con nuestros valores, independientemente de cómo nos sintamos. De esta forma, podremos vivir una Navidad más plena y auténtica.

Busca apoyo si tienes un trastorno de la conducta alimentaria

Si tienes un trastorno de la conducta alimentaria, la Navidad puede ser una época especialmente difícil para ti. La presión social y la imposición de estar siempre bien pueden ser abrumadoras. Recuerda que no estás solo. Busca apoyo en tus seres queridos y en profesionales de la salud mental.

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son alteraciones graves del comportamiento alimentario, que se caracterizan por una preocupación excesiva por el peso y la imagen corporal, y por el uso de conductas compensatorias (como el ayuno, los atracones, los vómitos, el uso de laxantes, etc.) para controlarlos. Los TCA pueden tener consecuencias graves para la salud física y mental de las personas que los padecen, y requieren de un tratamiento especializado e integral.

La Navidad puede ser un desafío para las personas con TCA, ya que se trata de una época en la que la comida y la bebida tienen un papel protagonista, y en la que se pueden dar situaciones de estrés, ansiedad, culpa, vergüenza, aislamiento, etc. Por eso, es fundamental que las personas con TCA busquen apoyo en sus seres queridos y en profesionales de la salud mental, que les puedan ayudar a afrontar estas situaciones de forma saludable y positiva.

Algunas de las estrategias que pueden ser útiles para las personas con TCA en Navidad son:

  • Planificar con antelación las comidas y los eventos navideños, y establecer unos objetivos realistas y flexibles.

  • Evitar el ayuno o la restricción previa o posterior a las comidas navideñas, ya que esto puede aumentar el riesgo de atracones o de conductas compensatorias.

  • Elegir los alimentos que más nos gusten y nos apetezcan, y comer con moderación y disfrute, sin culpabilizarnos ni castigarnos por ello.

  • Evitar el alcohol y las bebidas azucaradas, ya que pueden alterar nuestra percepción del hambre y la saciedad, y favorecer el descontrol alimentario.

  • No centrarse solo en la comida, sino también en las personas y en el ambiente, y aprovechar para compartir y disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos.

  • No compararse ni dejarse influir por los comentarios o las críticas de los demás sobre nuestro peso, nuestra imagen o nuestra forma de comer. Recordar que cada persona es única y valiosa, y que nuestro valor no depende de nuestro aspecto físico.

  • Buscar actividades alternativas o complementarias a las comidas, que nos hagan sentir bien y nos distraigan de la obsesión por la comida. Por ejemplo, pasear, leer, escuchar música, ver una película, hacer manualidades, etc.

  • Pedir ayuda a nuestros familiares y amigos, y expresarles cómo nos sentimos y qué necesitamos. No aislarnos ni rechazar la ayuda de los demás. Recordar que no estamos solos, y que hay personas que nos quieren y nos apoyan.

  • Acudir a nuestro terapeuta o a nuestro equipo de tratamiento, y seguir sus indicaciones y recomendaciones. No abandonar ni modificar el tratamiento por nuestra cuenta. Recordar que el tratamiento es un proceso que requiere de tiempo y esfuerzo, y que podemos superar el TCA con la ayuda adecuada

Cuida tu salud mental y disfruta de estas fiestas

Cuida tu salud mental y disfruta de estas fiestas. No te sientas obligado a hacer nada que no quieras hacer. Tómate un tiempo para ti y haz cosas que te hagan sentir bien.

La salud mental es tan importante como la salud física, y debemos cuidarla tanto o más en estas fechas. La Navidad puede ser una oportunidad para relajarnos, divertirnos y conectar con nosotros mismos y con los demás, pero también puede ser una fuente de estrés, ansiedad y depresión, si no la vivimos de forma consciente y equilibrada.

Para cuidar nuestra salud mental en Navidad, es importante que respetemos nuestros deseos y necesidades, y que no nos dejemos llevar por las obligaciones, las imposiciones o las expectativas de los demás. No tenemos que hacer nada que no queramos hacer, ni que nos haga sentir mal. Podemos decir que no, sin sentirnos culpables ni egoístas. Podemos establecer nuestros propios límites y prioridades, y defenderlos con asertividad y respeto.

También es importante que nos tomemos un tiempo para nosotros mismos, y que hagamos cosas que nos hagan sentir bien y nos aporten bienestar. Podemos dedicarnos a nuestras aficiones, a nuestros proyectos, a nuestro crecimiento personal, o simplemente a descansar y desconectar. Podemos practicar técnicas de relajación, de meditación, de mindfulness, o cualquier otra que nos ayude a reducir el estrés y a aumentar la calma y la serenidad. Podemos cuidar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu, y buscar un equilibrio entre ellos.

El síndrome de la silla vacía

El síndrome de la silla vacía no es una enfermedad, sino una reacción emocional ante una pérdida. No hay un tiempo determinado para superar un duelo, ni una forma correcta o incorrecta de vivirlo. Cada persona tiene su propio proceso, y debe respetarlo y aceptarlo. Sin embargo, hay algunas estrategias que pueden ayudarnos a afrontar el síndrome de la silla vacía, como:

  • Expresar nuestros sentimientos. No hay que reprimir ni ocultar nuestra tristeza, sino compartirla con las personas que nos apoyan y nos comprenden. Podemos hablar de nuestros recuerdos, de nuestras emociones, de nuestras dificultades. También podemos escribir una carta, un poema, una canción, o cualquier otra forma de expresión que nos ayude a liberar nuestra carga emocional.

  • Honrar a la persona ausente. Podemos rendir un homenaje a la persona que ya no está con nosotros, haciendo algo que le gustaba, que le recordaba, o que le hubiera hecho feliz. Por ejemplo, podemos encender una vela, poner su foto, escuchar su música favorita, preparar su plato preferido, o donar a una causa que le importaba.

  • Buscar el sentido de la Navidad. Podemos reflexionar sobre lo que significa para nosotros la Navidad, y lo que queremos celebrar en estas fiestas. Podemos centrarnos en los aspectos positivos, como el amor, la esperanza, la gratitud, la solidaridad, la paz, etc. Podemos recordar que la Navidad no es solo una fecha, sino un estado de ánimo, y que podemos vivirla de forma diferente cada año.

  • Disfrutar del presente. Podemos aprovechar el momento para estar con las personas que nos quieren y nos hacen bien, y para hacer cosas que nos aporten alegría y satisfacción. Podemos ser flexibles y adaptarnos a las circunstancias, sin forzarnos a seguir unas tradiciones o unos planes que no nos apetezcan. Podemos ser creativos y crear nuestras propias formas de celebrar la Navidad.

Pilar Sánchez Psicóloga