Psicóloga de pareja explica: Cómo mejorar la relación de pareja
¿Te gustaría mejorar tu relación de pareja? ¿Sientes que hay algo que no funciona entre tú y tu pareja? ¿Quieres aprender a comunicarte mejor, a resolver los conflictos de forma positiva y a fortalecer el vínculo afectivo? Si es así, este artículo te interesa.
En este artículo, te voy a explicar cómo mejorar la relación de pareja desde la perspectiva de la psicología cognitivo conductual, una de las corrientes más eficaces y avaladas por la evidencia científica. Te voy a dar algunas claves y consejos prácticos que puedes aplicar en tu día a día para mejorar la calidad de tu relación y aumentar tu satisfacción y bienestar.
Soy una psicóloga online y presencial en Madrid, especializada en terapia de pareja. Llevo mucho tiempo ayudando a parejas de diferentes edades, culturas y orientaciones sexuales a superar sus problemas y a mejorar su relación.
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La comunicación es uno de los pilares fundamentales de cualquier relación de pareja. Una buena comunicación permite conocerse mejor a uno mismo y a la pareja, expresar los sentimientos, las necesidades, los deseos y las opiniones, escuchar y comprender los de la pareja, resolver los problemas y los conflictos que surgen en la relación, negociar y llegar a acuerdos que satisfagan a ambos, y expresar el apoyo, el reconocimiento, el agradecimiento y el amor a la pareja.
Una mala comunicación, en cambio, puede generar todo lo contrario: malentendidos, confusiones, distorsiones de la realidad, sentimientos negativos, conductas negativas, un ciclo vicioso de retroalimentación negativa, y un deterioro de la relación y de la autoestima.
Por eso, es fundamental aprender a comunicarse de forma efectiva y positiva con la pareja, para evitar o solucionar los problemas y para fortalecer la relación.
Aquí te voy a dar algunas claves para mejorar la comunicación en la pareja, basadas en la psicología cognitivo conductual. Estas claves son:
Escucha activa: Consiste en escuchar a la pareja de forma atenta, interesada y respetuosa, prestando atención a lo que dice, a cómo lo dice y a los gestos que hace. Para demostrar que estamos escuchando, podemos hacer preguntas, asentir, parafrasear o resumir lo que nos dice. También podemos evitar las distracciones, las interrupciones, los juicios o las soluciones prematuras.
Expresión asertiva: Consiste en expresar los sentimientos y las necesidades de forma clara, directa y respetuosa, sin agredir ni someterse a la pareja. Para ello, podemos usar el lenguaje “yo”, en lugar del lenguaje “tú”, y evitar las generalizaciones, las etiquetas o las acusaciones. También podemos usar mensajes positivos, en lugar de negativos, y expresar lo que queremos, en lugar de lo que no queremos.
Empatía: Consiste en ponerse en el lugar de la pareja para comprender su punto de vista, sus sentimientos y sus necesidades. Para ello, podemos usar la imaginación, la curiosidad y la apertura mental, y evitar los prejuicios, las suposiciones o las proyecciones. También podemos validar y reconocer los sentimientos y las necesidades de la pareja, aunque no estemos de acuerdo con ellos.
Resolución de conflictos: Consiste en aprender a resolver los conflictos de forma constructiva y respetuosa, buscando el beneficio mutuo y el equilibrio. Para ello, podemos seguir los siguientes pasos:
Identificar el problema y los intereses de cada uno.
Generar alternativas de solución y evaluar sus ventajas e inconvenientes.
Elegir la mejor solución y establecer un plan de acción.
Poner en práctica la solución y evaluar los resultados.
Ajustar la solución si es necesario y reforzar los logros.
Para ilustrar estas claves, te voy a poner un ejemplo de una conversación entre una pareja que tiene un problema de comunicación. En el primer caso, la comunicación es mala y genera un conflicto. En el segundo caso, la comunicación es buena y genera una solución.
Caso 1: Mala comunicación
Ana: ¿Qué tal el día?
Luis: Bien.
Ana: ¿Solo bien? ¿No me vas a contar nada más?
Luis: No sé, no tengo nada que contar.
Ana: Pues vaya, parece que no te interesa nada hablar conmigo.
Luis: No digas tonterías, claro que me interesa.
Ana: Pues no lo demuestras. Siempre estás callado y distante. No sé qué te pasa.
Luis: No me pasa nada, déjame en paz.
Ana: ¿Ves? Así no hay quien hable contigo. Eres un soso y un aburrido.
Luis: ¿Y tú qué? Eres una pesada y una metiche.
Ana: ¿Cómo me has llamado? ¿Metiche? ¿Quién te crees que eres?
Luis: Alguien que está harto de tus reproches y tus exigencias.
Ana: Pues si estás tan harto, ya sabes lo que tienes que hacer. Lárgate y no vuelvas.
Caso 2: Buena comunicación
Ana: ¿Qué tal el día?
Luis: Bien, pero un poco cansado.
Ana: ¿Sí? ¿Por qué?
Luis: He tenido mucho trabajo y he tenido que lidiar con un cliente difícil.
Ana: Vaya, lo siento. ¿Qué ha pasado?
Luis: Pues que me ha pedido unos cambios de última hora y me ha presionado para que se los entregara hoy mismo.
Ana: Qué estrés. ¿Y cómo te has sentido?
Luis: Pues frustrado y agobiado. No me gusta que me traten así.
Ana: Te entiendo. A mí tampoco me gustaría. ¿Y qué has hecho?
Luis: Pues he intentado negociar con él y le he explicado que necesitaba más tiempo y más recursos para hacer los cambios.
Ana: ¿Y ha aceptado?
Luis: Al principio no, pero luego he conseguido que cediera un poco y me ha dado un plazo más razonable.
Ana: Me alegro. Has hecho muy bien. Has sido muy asertivo.
Luis: Gracias. Se lo debo en parte a ti. Me has enseñado mucho sobre cómo comunicarme mejor.
Ana: De nada. Me alegra que te sirva. Te quiero mucho.
Luis: Yo también te quiero. Gracias por escucharme y apoyarme.
Además de la comunicación, otro aspecto fundamental para mejorar la relación de pareja es el vínculo afectivo. El vínculo afectivo es el lazo emocional que nos une a nuestra pareja, y que se basa en el amor, la confianza, el respeto, la intimidad y la complicidad.
Un buen vínculo afectivo nos hace sentir seguros, felices y satisfechos con nuestra pareja, y nos ayuda a afrontar las dificultades y los cambios que se presentan en la vida. Un mal vínculo afectivo, en cambio, nos hace sentir inseguros, infelices e insatisfechos con nuestra pareja, y nos dificulta adaptarnos a las situaciones nuevas y desafiantes.
Por eso, es importante cuidar y fortalecer el vínculo afectivo en la pareja, para mantener la llama del amor y la pasión, y para evitar la rutina, el aburrimiento y el desgaste de la relación.
Aquí os voy a dar algunas claves para fortalecer el vínculo afectivo en la pareja, también basadas en la psicología cognitivo conductual. Estas claves son:
Tiempo de calidad: Consiste en dedicar tiempo a la pareja, haciendo actividades que les gusten y les diviertan, y que les permitan compartir experiencias y emociones. Para ello, podemos planificar y organizar el tiempo, y evitar las interferencias y las distracciones.
Cuidado personal: Consiste en cuidarse a uno mismo, tanto física como mentalmente, para sentirse bien y transmitirlo a la pareja. Para ello, podemos hacer ejercicio, comer sano, descansar, relajarnos, divertirnos, aprender cosas nuevas, etc.
Detalles: Consiste en tener pequeños gestos de cariño y atención con la pareja, que demuestren interés y aprecio. Para ello, podemos hacer regalos, dar cumplidos, expresar gratitud, sorprender, etc. Estos detalles no tienen que ser costosos ni extravagantes, sino sinceros y adecuados a los gustos y preferencias de la pareja.
La comunicación es una habilidad que se puede aprender y mejorar con el tiempo. Si estás interesado en mejorar la comunicación en tu pareja, te recomendamos que busques ayuda profesional. Una psicóloga online puede ayudarte a identificar los problemas de comunicación en tu pareja y a desarrollar estrategias para mejorarla. En mi consulta de psicología online y presencial en Madrid, con mi especialización en terapia de pareja os ofrezco un tratamiento personalizado y eficaz. Contacta conmigo, estaré encantada de atenderos.
Pilar Sánchez Psicóloga
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