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Duelo en una ruptura de pareja y sus fases

El duelo y sus etapas en
una ruptura de pareja

La ruptura de la pareja

La ruptura de una relación sentimental es una de las experiencias más dolorosas que podemos vivir. Supone la pérdida de un vínculo afectivo, de un proyecto de vida en común y de una parte de nuestra identidad. Por eso, es normal que al enfrentarnos a esta situación pasemos por un proceso de duelo, que implica atravesar diferentes fases hasta llegar a la aceptación y la recuperación.

Soy Psicóloga especialista en este tipo de duelos

Yo soy psicóloga especializada en terapia cognitivo-conductual y puedo ayudarte a entender lo que te está pasando, a modificar los pensamientos y comportamientos que te hacen sufrir, a expresar y regular tus emociones, a recuperar tu autoestima y tu confianza, y a rehacer tu vida con nuevos proyectos e ilusiones. Sin juzgar tus emociones y ayudándote a entenderlas.

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Fases del duelo en una ruptura de pareja

En este artículo te explicaré cuáles son las fases del duelo en la ruptura de pareja , la relación entre pensamientos, emociones, sensaciones físicas y comportamientos, y cómo puedes superarlas.

Fase de negación

La fase de negación es la primera que suele aparecer tras la ruptura. Se caracteriza por una falta de aceptación de la realidad, por un intento de negar o minimizar lo que ha ocurrido. Es como si nuestra mente se resistiera a creer que la relación ha terminado y que no hay marcha atrás.
En esta fase podemos tener pensamientos como: “Esto es solo un mal momento, pronto volveremos a estar juntos”, “No puede ser que me haya dejado, seguro que se arrepiente y me llama”, “No es para tanto, hay parejas que se separan y se reconcilian muchas veces”. Estos pensamientos nos generan falsas esperanzas y nos impiden avanzar.
La función adaptativa de esta fase es protegernos del impacto emocional que supone la pérdida, darnos tiempo para asimilar lo que ha pasado y seguir cumpliendo con nuestras obligaciones diarias. Sin embargo, si nos quedamos estancados en esta fase, podemos caer en una negación patológica que nos aleje de la realidad y nos impida afrontar el duelo.

Fase de ira

La fase de ira surge cuando somos conscientes de que la relación ha terminado y que no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Entonces sentimos rabia, frustración, resentimiento e incluso odio hacia nuestra expareja o hacia nosotros mismos. Es como si nuestra mente buscara un culpable o una explicación para lo que ha ocurrido.
En esta fase podemos tener pensamientos como: “¿Cómo me ha podido hacer esto? No se merece mi amor”, “Es un egoísta, un mentiroso, un infiel”, “Me ha engañado, me ha utilizado, me ha hecho daño”, “Soy un fracasado, no valgo nada, nadie me va a querer”. Estos pensamientos nos generan emociones negativas que pueden afectar a nuestra autoestima y a nuestras relaciones sociales.
La función adaptativa de esta fase es liberarnos del dolor que sentimos por la pérdida, expresar nuestras emociones y defender nuestra dignidad. Sin embargo, si nos quedamos atrapados en esta fase, podemos caer en una ira descontrolada que nos lleve a actuar de forma impulsiva o agresiva, dañando a los demás o a nosotros mismos.

Fase de negociación

La fase de negociación surge cuando sentimos que no podemos soportar el sufrimiento que nos produce la ruptura y buscamos una forma de aliviarlo. Es como si nuestra mente intentara negociar con nuestra expareja, con nosotros mismos o con el destino para recuperar lo que hemos perdido o para evitar lo que nos duele.
En esta fase podemos tener pensamientos como: “Si me llama le perdonaré todo”, “Si cambia su actitud volveré con él o ella”, “Si hago esto o aquello quizás me dé otra oportunidad”, “Si rezo o hago una promesa tal vez se arregle todo”. Estos pensamientos nos generan ilusiones y expectativas irreales que nos impiden aceptar el final de la relación.
La función adaptativa de esta fase es darnos una sensación de control sobre la situación, de que podemos hacer algo para mejorarla o cambiarla. Sin embargo, si nos quedamos anclados en esta fase, podemos caer en una dependencia emocional que nos haga perder nuestra identidad y nuestra autonomía.

Fase de depresión

La fase de depresión surge cuando nos damos cuenta de que la negociación no ha funcionado, de que la relación ha terminado definitivamente y de que tenemos que enfrentarnos a la realidad. Entonces sentimos tristeza, vacío, soledad, desesperanza y apatía. Es como si nuestra mente se rindiera y perdiera el interés por todo.
En esta fase podemos tener pensamientos como: “No tiene sentido seguir viviendo sin él o ella”, “Nada me hace feliz, todo me da igual”, “No tengo ganas de hacer nada, solo quiero estar solo o sola”, “No tengo futuro, no hay nada que me ilusione”. Estos pensamientos nos generan emociones negativas que pueden afectar a nuestra salud física y mental.
La función adaptativa de esta fase es permitirnos expresar nuestro dolor por la pérdida, llorar lo que hemos vivido y despedirnos de lo que hemos dejado atrás. Sin embargo, si nos quedamos sumidos en esta fase, podemos caer en una depresión clínica que nos impida recuperarnos y seguir adelante.

Fase de aceptación

La fase de aceptación surge cuando somos capaces de asumir la realidad tal y como es, de aceptar que la relación ha terminado y que no podemos cambiar el pasado. Entonces sentimos paz, tranquilidad, serenidad y optimismo. Es como si nuestra mente se abriera a nuevas posibilidades y oportunidades.
En esta fase podemos tener pensamientos como: “La relación ha terminado y tengo que seguir con mi vida”, “He aprendido de lo que he vivido y he crecido como persona”, “Tengo recursos para afrontar esta situación y para superarla”, “Tengo proyectos e ilusiones que me motivan”. Estos pensamientos nos generan emociones positivas que nos ayudan a recuperar nuestra autoestima y nuestro bienestar.
La función adaptativa de esta fase es permitirnos cerrar el duelo, integrar la experiencia vivida y reorientar nuestra vida hacia nuevos objetivos y metas. Esta es la fase final del duelo, pero no significa que hayamos olvidado a nuestra expareja o que no sintamos nada por ella. Simplemente significa que hemos logrado superar la pérdida y que estamos preparados para afrontar nuevos retos y relaciones.

Conclusión y cómo la terapia puede ayudar

Como has podido ver, el duelo en la ruptura de pareja es un proceso normal y necesario que implica pasar por diferentes fases hasta llegar a la aceptación y la recuperación. Sin embargo, a veces este proceso puede complicarse y convertirse en un problema que afecte a tu bienestar y a tu calidad de vida.
Si te sientes identificada o identificado con alguno de los síntomas o dificultades que voy a describir en este artículo, quizás necesites la ayuda de un profesional que te acompañe y te oriente en tu proceso de duelo. La terapia cognitivo-conductual es una de las más eficaces y avaladas por la evidencia científica para superar el duelo en la ruptura de pareja.

Si quieres contar con mi apoyo y mi experiencia, puedes pedir cita conmigo en mi consulta de psicología presencial en Madrid o a través del servicio de videoconsulta. Si quieres solicitar cita o más información puedes escribirme pulsando con el botón de Whatsapp ,y en el botón de solicitar cita en la parte superior de esta entrada,te atenderé lo antes posible y te ofreceré una atención personalizada y de calidad.
No dejes que el duelo por la ruptura de pareja se convierta en un obstáculo para tu felicidad. Pide ayuda hoy mismo y empieza a sentirte mejor.

 

Pilar Sánchez Psicóloga